La Mariposa: un
vuelo diario sobre el abuso social
Juliana Carbonell, Andrés F. Hernández y Jaison Vega Laiton
Si bien las anécdotas que éstas
increíbles mujeres tienen por contar, podrían ocupar la atención exclusiva de
todo un Blog, aquí usted podrá tener acceso a algunas de los relatos más
impactantes que hacen parte de la historia de vida de éstas mujeres.
El teatro forum tiene como objetivo
“[….] la comprensión y la búsqueda de alternativas a problemas sociales e
interpersonales”[1]
mediante la estimulación de los participantes “[…] a expresar sus vivencias de situaciones cotidianas de opresión”. La
pieza teatral representada por las trabajadoras sexuales, le permitió a un
grupo de estudiantes universitarios de la Universidad de Los Andes integrarse,
en un ambiente de confianza, con las experiencias personales de estas mujeres
siempre juzgadas y poco comprendidas. Incluso, ésta actividad puso en evidencia
problemáticas que transcienden el enclave social de las trabajadoras sexuales
y, las dificultades cotidianas por ellas experimentadas.
Sin inhibición alguna y como si fuera
una integrante más del curso, de pie y bajo la mirada de todos, María Teresa
como llamaremos a esta mujer, comienza su relato. Con un aire de gracia y
lamentable conformismo nos abre la puerta al día a día de una trabajadora
sexual en La Mariposa. Sin importar que sea una anécdota que no le pertenece,
María Teresa se apropia del escenario y la historia. Relata entre risas, lo que
en el fondo consiste en una denuncia de otro de los tantos abusos policiales a
los que ellas son sometidas. Comienza diciendo que, casi como si fuera rutina
diaria, ella y otras amigas son trasladas a la UPJ. Centro de retención
transitoria a donde son conducidos los ciudadanos que infringen las normas de
convivencia contempladas en los Códigos Nacional y Distrital de Policía, en el
cual permanecen por un tiempo no mayor a 24 horas. Cuenta María Teresa, que el
registro realizado por las autoridades policiales en el cual anotan sus nombres
y la razón por la que son llevadas a este lugar, usualmente se hace bajo la
etiqueta de “por estar vendiendo su
integridad física”. Cuenta que en el momento en que el esposo de una de sus
amigas y compañeras de trabajo se acerca a la UPJ para ayudarla, sin
conocimiento alguno del trabajo desempeñado por su esposa, es informado de la
razón por la cual su mujer fue retenida. Con sorpresa, alega que su esposa “es una mujer de bien”, que no hace tal
tipo de cosas. Mientras tanto, la amiga de María Teresa motivada por la
confianza de su pareja, niega ser una trabajadora sexual y explica que todo fue
una confusión, y que ella sólo estaba en el lugar equivocado en el momento
equivocado.
Otro
de los relatos que más nos llamó la atención tiene que ver con el trato que
describió María teresa sobre los hombres que también son retenidos en la UPJ.
Ilustró que a éstos se les amarraba de las manos, mientras recibían baldazos de
agua fría y golpes físicos. Esta conducta se nos hace impresionante
considerando que estamos en pleno siglo XXI, en donde este tipo de prácticas
abusivas van en contravía de los principales fundamentos de nuestra
Constitución y los derechos humanos que nos amparan. En resumen, pensamos
indignante que en Colombia aun vivamos este tipo de experiencias de abuso
policial, vulnerando flagrantemente los derechos de los ciudadanos.
Como estudiantes, nos encontrábamos a
la expectativa de la reacción de nuestras invitadas. Estas se mostraron
receptivas, abiertas y con una gran disposición a mostrarnos su día a día. Cuando
se llevo a cabo la primera dramatización, Candela, se hecho a reír. No con una
risa sarcástica, recalcándonos a nosotros estudiantes, lo ajenos que somos al
problema. Su risa era genuina y reflejaba cierta inocencia. Ello, nos hizo
reflexionar sobre como resulta casi inverosímil, que a tan solo unas cuadras de
la Universidad de los Andes, institución que visitamos casi a diario, se viva
una realidad de maltrato y opresión como la que viven estas mujeres. Y de
pronto mas inverosímil aun, el hecho de nuestra ignorancia al respecto. Se
siente una verdadera indignación, y al tiempo cierta impotencia frente a esta
cuestión. Indignación, de que se vulneren a diario los derechos de personas,
simplemente por un juicio de valor frente a su profesión. Y es mas triste
todavía, que ese trato sea dado por medio del abuso de poder de la policía,
funcionarios del Estado que deberían de velar por la seguridad de cada
ciudadano. Pero mas preocupante, es el hecho de que cada una de estas
situaciones, se encuentren impunes, y sin ningún prospecto de hacerse justicia.
Gracias a María Teresa y sus amigas, podemos hoy acercarnos a la problemática
que se vive en las calles de Bogotá, para poder pensar si desde nuestro papel
de estudiantes podemos llegar a aportan un granito de arena para mejorarla.
Gracias a ellas, pudimos romper tajantemente el fetiche social que juzga a las
trabajadoras sexuales de indignas, sucias o inmorales. Hoy, le recordamos a la
ciudad que estas mujeres son como tu o como yo. Hoy, defendemos sus derechos, y
denunciamos con gran dolor el abuso policial que se vive a diario en la
mariposa.
[1] BARAÚNA, Tania & MOTOS, Tomás. La práctica del teatro forum de Augusto Boal.
Revista Creatividad y Sociedad. Diciembre de 2009. Pág. 3

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