jueves, 17 de octubre de 2013

La Mariposa: un vuelo diario sobre el abuso social



La Mariposa: un vuelo diario sobre el abuso social
Juliana Carbonell, Andrés F. Hernández y Jaison Vega Laiton






Si bien las anécdotas que éstas increíbles mujeres tienen por contar, podrían ocupar la atención exclusiva de todo un Blog, aquí usted podrá tener acceso a algunas de los relatos más impactantes que hacen parte de la historia de vida de éstas mujeres.

El teatro forum tiene como objetivo “[….] la comprensión y la búsqueda de alternativas a problemas sociales e interpersonales”[1] mediante la estimulación de los participantes “[…] a expresar sus vivencias de situaciones cotidianas de opresión”. La pieza teatral representada por las trabajadoras sexuales, le permitió a un grupo de estudiantes universitarios de la Universidad de Los Andes integrarse, en un ambiente de confianza, con las experiencias personales de estas mujeres siempre juzgadas y poco comprendidas. Incluso, ésta actividad puso en evidencia problemáticas que transcienden el enclave social de las trabajadoras sexuales y, las dificultades cotidianas por ellas experimentadas.

Sin inhibición alguna y como si fuera una integrante más del curso, de pie y bajo la mirada de todos, María Teresa como llamaremos a esta mujer, comienza su relato. Con un aire de gracia y lamentable conformismo nos abre la puerta al día a día de una trabajadora sexual en La Mariposa. Sin importar que sea una anécdota que no le pertenece, María Teresa se apropia del escenario y la historia. Relata entre risas, lo que en el fondo consiste en una denuncia de otro de los tantos abusos policiales a los que ellas son sometidas. Comienza diciendo que, casi como si fuera rutina diaria, ella y otras amigas son trasladas a la UPJ. Centro de retención transitoria a donde son conducidos los ciudadanos que infringen las normas de convivencia contempladas en los Códigos Nacional y Distrital de Policía, en el cual permanecen por un tiempo no mayor a 24 horas. Cuenta María Teresa, que el registro realizado por las autoridades policiales en el cual anotan sus nombres y la razón por la que son llevadas a este lugar, usualmente se hace bajo la etiqueta de “por estar vendiendo su integridad física”. Cuenta que en el momento en que el esposo de una de sus amigas y compañeras de trabajo se acerca a la UPJ para ayudarla, sin conocimiento alguno del trabajo desempeñado por su esposa, es informado de la razón por la cual su mujer fue retenida. Con sorpresa, alega que su esposa “es una mujer de bien”, que no hace tal tipo de cosas. Mientras tanto, la amiga de María Teresa motivada por la confianza de su pareja, niega ser una trabajadora sexual y explica que todo fue una confusión, y que ella sólo estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Otro de los relatos que más nos llamó la atención tiene que ver con el trato que describió María teresa sobre los hombres que también son retenidos en la UPJ. Ilustró que a éstos se les amarraba de las manos, mientras recibían baldazos de agua fría y golpes físicos. Esta conducta se nos hace impresionante considerando que estamos en pleno siglo XXI, en donde este tipo de prácticas abusivas van en contravía de los principales fundamentos de nuestra Constitución y los derechos humanos que nos amparan. En resumen, pensamos indignante que en Colombia aun vivamos este tipo de experiencias de abuso policial, vulnerando flagrantemente los derechos de los ciudadanos.

Como estudiantes, nos encontrábamos a la expectativa de la reacción de nuestras invitadas. Estas se mostraron receptivas, abiertas y con una gran disposición a mostrarnos su día a día. Cuando se llevo a cabo la primera dramatización, Candela, se hecho a reír. No con una risa sarcástica, recalcándonos a nosotros estudiantes, lo ajenos que somos al problema. Su risa era genuina y reflejaba cierta inocencia. Ello, nos hizo reflexionar sobre como resulta casi inverosímil, que a tan solo unas cuadras de la Universidad de los Andes, institución que visitamos casi a diario, se viva una realidad de maltrato y opresión como la que viven estas mujeres. Y de pronto mas inverosímil aun, el hecho de nuestra ignorancia al respecto. Se siente una verdadera indignación, y al tiempo cierta impotencia frente a esta cuestión. Indignación, de que se vulneren a diario los derechos de personas, simplemente por un juicio de valor frente a su profesión. Y es mas triste todavía, que ese trato sea dado por medio del abuso de poder de la policía, funcionarios del Estado que deberían de velar por la seguridad de cada ciudadano. Pero mas preocupante, es el hecho de que cada una de estas situaciones, se encuentren impunes, y sin ningún prospecto de hacerse justicia. Gracias a María Teresa y sus amigas, podemos hoy acercarnos a la problemática que se vive en las calles de Bogotá, para poder pensar si desde nuestro papel de estudiantes podemos llegar a aportan un granito de arena para mejorarla. Gracias a ellas, pudimos romper tajantemente el fetiche social que juzga a las trabajadoras sexuales de indignas, sucias o inmorales. Hoy, le recordamos a la ciudad que estas mujeres son como tu o como yo. Hoy, defendemos sus derechos, y denunciamos con gran dolor el abuso policial que se vive a diario en la mariposa.




[1] BARAÚNA, Tania & MOTOS, Tomás. La práctica del teatro forum de Augusto Boal. Revista Creatividad y Sociedad. Diciembre de 2009. Pág. 3

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