jueves, 13 de febrero de 2014

LAS DOS CARAS DE LA MONEDA

Por
Rafael Daza (201224131)

El pasado martes 11 de febrero de 2014 se realizó un recorrido de campo por todo el “Eje Ambiental” hasta llegar a la plaza de “La Mariposa” en San Victorino. El objetivo de este recorrido era observar los diferentes comportamientos de las personas frente a la ciudad y analizar lo que veíamos, escuchábamos, olíamos y sentíamos. Al finalizar el recorrido preguntas como ¿Quiénes gozan del derecho a la ciudad y quienes están cohibidos de este?, ¿Qué ejemplos de división socio-espacial se pudieron percibir?, entre otras, surgieron entre los participantes.

El recorrido inició en la estación de Transmilenio “Las Aguas”, el cual fue el punto de encuentro del grupo. A poca distancia de esta, se encuentra la plaza de “Los Periodistas”, en la que tuvimos el primer acercamiento con lo que raramente nos encontramos en nuestra vida diaria o incluso en el lugar en donde estudiamos, el cual solo está a unos cuanto metros de distancia de esta. En este lugar, pudimos observar gente vulnerable, personas que dormían en el suelo y grupo de jóvenes consumiendo drogas, que por medio de su olor característico pudimos percibir esto.

Bajando por todo el “Eje Ambiental”, cada vez que se avanzaba, se podían ver aún más personas vulneradas por la misma sociedad, dedicadas al consumo de drogas y al uso de los andenes públicos como su hogar estable. Llegamos a la plazoleta ubicada al frente de la Universidad del Rosario haciendo una parada para ver el comportamiento de las personas allí ubicadas. Además de observar a los estudiantes de dicha universidad caminando, pudimos apreciar vendedores tratando de subsistir vendiendo desde piedras talladas hasta todo tipo de frutas para el inmediato consumo.

En este punto pudimos concluir, que a diferencia de otras zonas del camino, en esta área se respira un ambiente universitario donde, así se vean personas marginadas, lo que en realidad se puede percibir del lugar es un entorno educativo, lugar donde las personas que por allí transitan tienen relación alguna con la universidad o con los diferentes museos ubicados en la misma zona mencionada.

Al seguir nuestro recorrido, cada vez más se encontraban personas en peores circunstancias, pero a la vez, el comercio crecía, factor que si bien afecta el problema de circulación por la zona, supone que ante tantas adversidades, por lo menos la voluntad de hacer algo productivo para la supervivencia existe.

Antes de llegar a nuestro punto final, pudimos reflexionar con un mural lleno de grafitis verdaderamente impactantes y curiosamente chistosos, debido a que las entidades gubernamentales como el ministerio de justicia y agricultura se encuentran a la vuelta de la esquina. El mensaje que absolutamente todos expresaban era ese sentimiento de dolor ocasionado por la desigualdad y la violación de derechos fundamentales que se mantiene constantemente en todos los rincones de la ciudad e incluso del país.

Finalmente, al llegar a la plaza de “La Mariposa” en San Victorino,  se ven personas de todo tipo, pero especialmente, personas marginadas por la sociedad las cuales nunca tuvieron lugar en la misma y siempre han sentido un rechazo de esta; rechazo que se puede percibir desde la forma en como lo miran a uno, hasta en la forma de vestir o en la forma de asear su cuerpo.


En conclusión, es necesario poner en práctica el término “derecho a la ciudad”, explicarlo, gestionarlo y aplicarlo de manera obligatoria para que asi este sentimiento de segregación y desigualdad que hoy nos percatamos como un común denominador entre la sociedad colombiana poco a poco irá desapareciendo y muy pronto podremos obtener esa seguridad y esa prosperidad que tanto hemos añorado.

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