miércoles, 12 de febrero de 2014

Un camino de contrastes

Realizado por:
María Paula Gómez

Desde la Universidad de los Andes se respira una atmósfera de tranquilidad, de confianza y preocupación por las obligaciones académicas; algunos extranjeros cruzan en el camino y el aseo es aceptable en las siguientes cuadras por el eje ambiental. Al pasar la carrera cuarta la movilidad de peatones aumenta progresivamente y se observa la oferta de restaurantes, alojamiento, bancos, entre otras cosas. El movimiento de pasajeros para la estación del Museo de Oro es importante y se realza frente al grupo de personas reunidas en tertulia en la plazoleta del Rosario. En el cruce de la carrera Séptima pasan personas de todas las edades, raza, fisonomía, vestimenta y apariencia de roles disimiles.

En la cuadra siguiente resalta la presencia de esmeralderos que por su número perturban el desplazamiento peatonal, además que hay prevención en los transeúntes en general frente a la condición del negocio de minería. El trancón de la Décima se ve con la naturalidad de ser siempre el mismo, sin solución; el Transmilenio como los buses se notan llenos de pasajeros, los vehículos particulares cruzan con las ventanas cerradas; el peatón se comporta con total desconfianza, mirando a su alrededor y en cuanto se le permite caminar lo hace con celeridad. Una cuadra antes del parque de San Victorino se oye a los vendedores de libros, como también se escucha  a los locutores del comercio ofreciendo los artículos de diferentes almacenes.

Finalmente en el Parque de la Mariposa, se nota la presencia de algunas prostitutas, los vendedores ambulantes hacen presencia y la estación de Transmilenio acoge a pasajeros con vestimenta popular. En esta plaza se nota la basura, y obliga a pensar sobre el problema de las tapas de alcantarilla que no se vieron en el recorrido y que están en nuestra memoria por la desgracia de más de un pequeño fallecido recientemente por caer  a la alcantarilla al dar el paso en falso por el hueco dejado por las tapas robadas.

Las divisiones socioespaciales se notan a cada paso, cuadra a cuadra, reflejando un área utilizada por cada grupo de personas, así: estudiantes, viajeros de trasporte púbico  ó privado, comerciantes de esmeraldas, comerciantes, empleados públicos y privados, abogados, movimiento masivo de peatones de toda condición, población prevenida en cuyos individuos se esconden cantidad de ladrones, población desempleada, prostitutas y vendedores ambulantes. En este sector, la ciudad no permite la presencia de adultos mayores, ni discapacitados, tampoco de niños sin estar acompañados, aquí se percibe la economía de distribución de ingresos bajos y de subsistencia.

Fue un recorrido que habia hecho ya mas de una vez, pero jamas pensando realmente todo lo que estaba a mi alrededor, y mucho menos pensando que personas tienen el Derecho a la ciudad. Es increible como en una distancia de tan solo una cuadra, el panorama cambia drasticamente y las percepciones de tranquilidad y seguridad varian inmediatamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario