Realizado por:
María Paula Gómez
Desde la Universidad de los Andes se respira una atmósfera de tranquilidad, de confianza y preocupación por las obligaciones académicas; algunos extranjeros cruzan en el camino y el aseo es aceptable en las siguientes cuadras por el eje ambiental. Al pasar la carrera cuarta la movilidad de peatones aumenta progresivamente y se observa la oferta de restaurantes, alojamiento, bancos, entre otras cosas. El movimiento de pasajeros para la estación del Museo de Oro es importante y se realza frente al grupo de personas reunidas en tertulia en la plazoleta del Rosario. En el cruce de la carrera Séptima pasan personas de todas las edades, raza, fisonomía, vestimenta y apariencia de roles disimiles.
María Paula Gómez
Desde la Universidad de los Andes se respira una atmósfera de tranquilidad, de confianza y preocupación por las obligaciones académicas; algunos extranjeros cruzan en el camino y el aseo es aceptable en las siguientes cuadras por el eje ambiental. Al pasar la carrera cuarta la movilidad de peatones aumenta progresivamente y se observa la oferta de restaurantes, alojamiento, bancos, entre otras cosas. El movimiento de pasajeros para la estación del Museo de Oro es importante y se realza frente al grupo de personas reunidas en tertulia en la plazoleta del Rosario. En el cruce de la carrera Séptima pasan personas de todas las edades, raza, fisonomía, vestimenta y apariencia de roles disimiles.
En la cuadra siguiente resalta
la presencia de esmeralderos que por su número perturban el desplazamiento
peatonal, además que hay prevención en los transeúntes en general frente a la
condición del negocio de minería. El trancón de la Décima se ve con la
naturalidad de ser siempre el mismo, sin solución; el Transmilenio como los
buses se notan llenos de pasajeros, los vehículos particulares cruzan con las
ventanas cerradas; el peatón se comporta con total desconfianza, mirando a su alrededor
y en cuanto se le permite caminar lo hace con celeridad. Una cuadra antes del
parque de San Victorino se oye a los vendedores de libros, como también se escucha a los locutores del comercio ofreciendo
los artículos de diferentes almacenes.
Finalmente en el Parque de
la Mariposa, se nota la presencia de algunas prostitutas, los vendedores ambulantes
hacen presencia y la estación de Transmilenio acoge a pasajeros con vestimenta
popular. En esta plaza se nota la basura, y obliga a pensar sobre el problema
de las tapas de alcantarilla que no se vieron en el recorrido y que están en nuestra
memoria por la desgracia de más de un pequeño fallecido recientemente por
caer a la alcantarilla al dar el
paso en falso por el hueco dejado por las tapas robadas.
Las divisiones socioespaciales
se notan a cada paso, cuadra a cuadra, reflejando un área utilizada por cada
grupo de personas, así: estudiantes, viajeros de trasporte púbico ó privado, comerciantes de esmeraldas,
comerciantes, empleados públicos y privados, abogados, movimiento masivo de
peatones de toda condición, población prevenida en cuyos individuos se esconden
cantidad de ladrones, población desempleada, prostitutas y vendedores
ambulantes. En este sector, la ciudad no permite la presencia de adultos mayores, ni discapacitados, tampoco de
niños sin estar acompañados, aquí se percibe la economía de distribución de ingresos bajos y de subsistencia.
Fue un recorrido que habia hecho ya mas de una vez, pero jamas pensando realmente todo lo que estaba
a mi alrededor, y mucho menos pensando que personas tienen el Derecho a la ciudad. Es increible como en una distancia de tan solo una cuadra, el
panorama cambia drasticamente y las percepciones de tranquilidad y seguridad
varian inmediatamente.
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